Aunque las personas somos sociables por naturaleza, los factores estresantes de la vida y los convencionalismos sociales e individuales a veces nos llevan a unos sentimientos que no nos acaban de dejar ser más sociables. En una sociedad basada fundamentalmente en el poder del dinero, es muy importante incentivar las prácticas de buena vecindad y propiciar valores como la solidaridad, la cooperación y la participación entre las personas y los colectivos. En una sociedad que nos lleva al individualismo y al aislamiento, consideramos que es importante relacionar a las personas para que ayuden y se den apoyo mutuo.

 

Proponemos, pues, relacionar a través de la ayuda.