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“Mejor esto que estar en casa sin hacer nada”, “por algo se empieza, ya llegarán tiempos mejores”, “somos afortunados de tener trabajo en un momento de crisis”. Son frases que no nos sorprenden porque conviven con nosotros desde hace ya unos años.

Una buena formación es indispensable para el crecimiento personal. Años atrás, estudiar era garantía de trabajo, pero desde el inicio de la crisis el panorama ha cambiado. A menudo, los jóvenes invierten tiempo y dinero en un aprendizaje que queda lejos de proporcionarles el empleo esperado. Aunque el problema real no es el nivel de los estudios realizados, sino la escasa oferta de trabajo ante la gran demanda actual. Según Eurostat, uno de cada diez universitarios españoles está en riesgo de exclusión social en un futuro.

Un 44% de los jóvenes con estudios superiores están sobrecualificados para las tareas que realizan, según la OCDE. “Si no hay empleo, trabajo de lo que sea”. Es una idea que vive en su mente y, en ocasiones, les lleva hasta el extremo de presentar un currículum falso eliminando la formación que consideran excesiva para el puesto al que aspiran.

Laura Jiménez - Derecho

Edgar Jiménez - Ingeniero informático

Marta Millán - Historiadora

La situación se ejemplifica a través de la experiencia de los tres entrevistados. El esfuerzo invertido en años de formación no se ve recompensado en un trabajo que cumpla sus expectativas. Aunque el presente no es fácil, los jóvenesn no pierden la esperanza y confían en que el futuro les dé la oportunidad de conseguir el empleo deseado.

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