Con el típico tópico “algo es algo” se conforman la mayoría de becarios de hoy en día. El panorama actual ha llevado a que las prácticas universitarias se conviertan en una forma de vida en España.

 

Esta situación se hace patente en el Eurobarómetro de la Comisión Europea, que mostraba en noviembre de 2013 que el 67% de los jóvenes realizaban sus prácticas de becarios después de haber terminado sus estudios. Su etapa de formación se vuelve indefinida y pasan a convertirse en becarios eternos, encadenando contrato de prácticas tras contrato. Y es que, como ellos dicen, “algo es algo”, aunque cobren muy poco o nada, al menos adquieren experiencia.

 

Aunque la situación se complica una vez acabados los estudios ante la falta de trabajo, para aquellos que siguen cursando su aprendizaje universitario, el contrato en prácticas es siempre una ventaja que les permite desarrollarse en el entorno en que esperan poder actuar como empleados algún día.

 

 

 

 

 

Entrevistamos a cuatro estudiantes que combinan la carrera con las prácticas y nos dan el punto de vista que les aporta su situación. Nos cuentan si su formación en puesto de becario aporta, en fin, todo lo que esperaban de sus prácticas universitarias. ¿Saldrán preparados para un empleo real?